lunes, 16 de febrero de 2009
y esa misma noche yo le conteste esto:

“Contestación al edén”

Ni imaginar pude tanto placer en los versos de dos poetas
Aclarar si pude en estos versos, en estas caricias,
Adornadas todas ellas de romanticismo
Dos poetas de agua, como tú los llamas,

Dos poetas que dibujan versos de amor y esperanza,
Dos amantes de las letras y de los cuerpos sudorosos
Dos seres que quieren con locura y no les dejan
Dos caprichos del azar y de la noche…

Sintiendo unas ganas titánicas de amar y ser amados
Consiguiendo así la pureza de los sentidos y de los locos amores
Permitiendo cada vez que se miran, el ayer
El hoy, el siempre y el mañana, para poder amar

Un rayo de luz se desliza por esa ventana…
Que está hecha para amar, para permitir a los sentidos
Una escalada errante por la pared de los sentimientos
Una descarga descomunal de locuras y arrepentimientos

Dos poetas alados llenos de sueños, cuando tu apareces
Cuando tu describes sin ninguna inquietud, sin ninguna esperanza
El resto de la vida que queda por llegar…
Dos escribientes que cantan al amor sin palabras

Que cantan a la negrura de la noche sin alas,
A las madrugadas sofocantes de calor inesperado
A las tardes llenas de sinsabor y aspereza
Para esperar a la noche de nuevo, y convertirse en ciegos amantes

Y reverberar con toda la potencia que son capaces,
Dos poetas alados, llenos de sueños…
Que solo esperan la oportunidad máxima del placer cohibido
Para explotar, sin prisas, en una llamarada de amor sincero.

(Mario Cardelli)
A Tatyana, 2008
Una noche de verano recibi esto (que me pareció precioso):

Dos poetas alados, llenos de sueños,
que se escaparon entre versos del negro noche,
del amor, de la esperanza y la lejanía,
se enamoraron de las letras amargas y dulces,
de las voces, y quisieron quererse, sin poder,
y callaron a los días, y hablaron a las noches,
dos poetas extraños que se hicieron de agua,
y calaron uno en la piel del otro, sin saber,
y se escurrieron entre las estrellas, con luz,
la luz brillante de las risas, las canciones alegres, y el olor a café.

Una poetisa sincera, escurridiza, tiritante,
se instaló en las noches llenas de mantequilla,
suavidad entre sabanas, oscuridad de miel,
sonrisas cansadas, entre poemas, de un hoy y un ayer,
quiso vivir un cuento precioso, quiso perderse en el,
una niña que se agarró al sueño de toparse sin querer,
con un caballero andante, con armadura de saber,
y se encontró con la noche, que le regalaba, amor,
sin pedir nada, que la llenaba de rosas azules,
de canciones esperanzadoras, y de placer,
la bella durmiente con miedo a amar, a gustar y a no gustar.

Mi yo en este verso, tu caricias, convertidas en palabras,
yo la princesa de un castillo con las paredes del sonido,
que construyó tu aguar dentada y cálida voz,
y un lecho de sueños, imaginación y "ganas de",
yo la que quiso volar hasta tu ventana,
que lanza besos y dibuja el momento en el que tú los recoges,
mi poeta deseoso de romanticismo,
ansiando querer, ser querido, ansiando mis ojos en sus ojos,
mis miedos, que tocan la puerta de este castillo,
mis esperanzas, que ponen el cerrojo de nuestro torreón,
en el que estamos tu y yo;
dos poetas alados, llenos de sueños.



(Tatyana Galán)

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Salamanca, Salamanca, Spain